El 6 de agosto del 2000 Los Andes sorprendió a todos en el Cilindro de Avellaneda y con el 2-1 consiguió su primera victoria en Primera en su regreso tras 29 años de espera.
El año 2000 será inolvidable para la gente de Lomas de
Zamora. En julio de ese año el “Milrayitas” había conseguido el ascenso a la
máxima categoría del fútbol nacional, luego de empatar con Quilmes en la
segunda final del reducido de la Primera B Nacional. Ya sin Gabriel Lobos,
Andrés Bressan y Darío Sala, que emigraron tras el logro, pero con las
contrataciones de Víctor López, Lucas Bovaglio, Ezequiel Maggiolo, Sergio
Plaza, Oscar Monje y Carlos Netto, el entrenador Jorge Ginarte armó un once con
la columna vertebral de jugadores del ascenso, y en la primera fecha llegaba la
primera visita de riesgo y no era ni más ni menos que en el Cilindro de
Avellaneda contra un Racing que venía golpeado por la quiebra de un año atrás.
No era un cuco ni mucho menos, pero la “Academia”, dirgida por el interino
Alberto Jorge, era un rival más que digno para el modesto conjunto de Lomas.
En el principio del juego el que dominó las acciones fue el
local, y a los 18 minutos encontró el primer gol por obra de Maximiliano el “Chanchi”
Estévez, que le amagó a Nasta a ir por adentro, llevó la pelota hacia su pie
izquierdo y definió fuerte ante la salida del arquero Alejandro Migliardi. Era
el 1-0 y parecía que Racing aumentaría el marcador, pero el arquero de Lomas se
convertiría en la figura del encuentro. A los cuatro minutos del segundo tiempo
Desagastizábal armó una buena jugada por izquierda, mandó el balón al área para
la llegada de Víctor López que recibió y definió ante la salida de Gastón
Pezzutti. El local comenzó a desesperarse y eso le jugó una buena pasada a Los
Andes, que podría haber aumentado pero Desagastizábal se lo perdió solo abajo
del arco, y Víctor López estrelló un remate en el palo, mientras Migliardi
seguía aumentando su figura. Cerca del final Pieters se coló en medio de la
defensa académica, le dejó la pelota servida a Caiafa que pifió, pero llegó por
atrás solo Oscar Monje, que había ingresado por Rubén Ferrer a los 35 minutos
del segundo tiempo, y ocho minutos después estampo el gol de la victoria 2-1 de
Los Andes, para el delirio de los 10.000 hinchas que se hicieron escuchar desde
el inicio del partido.
Esto derivó en una buena racha de Los Andes, que no perdió
en los primeros cinco partidos por obtener dos victorias y tres empates que lo
ubicaban arriba de la tabla de posiciones, pero el equipo decaería su nivel en
las siguientes fechas, donde perdió siete partidos consecutivos y terminó el
torneo en la anteúltima posición con tres partidos ganados, tres empatados y
trece perdidos. ¿El último en la tabla? Racing Club, que solo ganó una vez en
ese torneo, empató ocho y perdió diez.
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